Al igual que en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo (sic), hemos visto en los resultados como en Dinamarca , Holanda y Reino Unido han resurgido los partidos de extrema derecha, dominados por un mensaje claramente xenófobo y racista.
Sin embargo, también en EEUU ha ocurrido el mismo fenómeno. Valga como ejemplo estos casos:
- James von Brunn, 88 años, supremacista blanco que niega el Holocausto. Odia a los judíos y a los negros y cree que el presidente Barack Obama es un producto sionista para acabar con la raza blanca. El miércoles entró armado con un rifle en el Museo del Holocausto de Washington. Su odio costó la vida a un guarda de seguridad negro. Von Brunn se encuentra en situación crítica.
- Scott Roeder, fanático antiabortista, acabó el 31 de mayo con la vida del doctor George Tiller -quien efectuaba abortos a mujeres en el último trimestre de embarazo- cuando se encontraba en misa con su familia en Wichita (Kansas).
- Jim Adkisson quería aniquilar a los demócratas del Congreso y a Obama. Ante la dificultad de la tarea, Adkisson se decidió por liberales más accesibles. Asesinó a dos personas en una iglesia de Tennessee porque comulgaban junto a gays y lesbianas.
- Amenaza 'skinhead'. La agencia del Gobierno que controla las armas y los explosivos (BATF, siglas en inglés) dijo haber desmantelado un plan de un grupo skinhead para asesinar a Obama y a otras 102 personas negras. El 102 no es aleatorio, es la suma de 88 y 14; para los supremacistas blancos 88 es el equivalente a Heil Hitler -la H es la octava letra en el alfabeto- y el 14 responde al número de palabras que contiene la frase con que los seguidores del poder blanco empiezan todos sus discursos: "We must secure the existence of our people and a future for white children" ("Debemos asegurar la existencia de nuestra gente y un futuro para los niños blancos").
Parece que Obama es un claro objetivo...