“Primero los de aquí” dices, fumándote un cigarro en tu balcón mientras ves como desahucian a tu vecina María, española, víctima de violencia de género y con dos hijos.
“Primero los de aquí” dices, mientras haces fotos, sólo haces fotos a los abuelitos de tu barrio cogiendo comida en el contenedor de basura.
“Primero los de aquí” dices, cuando sales del super y te niegas a darle una caja de leche a Antonio, 80 años, de Teruel, que recoge comida para el banco de alimentos de tu pueblo.
“Primero los de aquí” dices, mientras te descojonas de las caídas de Juan, de Málaga, a quien servicios sociales le ha quitado sus dos hijos y ahoga sus penas en alcohol.
¿Primero los de aquí? No. Primero tú. Sólo tú. Porque no has movido ni un dedo por ninguno de los “de aquí” en tu puñetera vida. Prefieres que se ahoguen 650 personas en el mar, 123 niñas y niños, a que se les preste ayuda. Pero en el fondo, te importan lo mismo esas 600 vidas que la mayoría de españoles que te rodean. Nada.
“Primero los de aquí” dices, mientras haces fotos, sólo haces fotos a los abuelitos de tu barrio cogiendo comida en el contenedor de basura.
“Primero los de aquí” dices, cuando sales del super y te niegas a darle una caja de leche a Antonio, 80 años, de Teruel, que recoge comida para el banco de alimentos de tu pueblo.
“Primero los de aquí” dices, mientras te descojonas de las caídas de Juan, de Málaga, a quien servicios sociales le ha quitado sus dos hijos y ahoga sus penas en alcohol.
¿Primero los de aquí? No. Primero tú. Sólo tú. Porque no has movido ni un dedo por ninguno de los “de aquí” en tu puñetera vida. Prefieres que se ahoguen 650 personas en el mar, 123 niñas y niños, a que se les preste ayuda. Pero en el fondo, te importan lo mismo esas 600 vidas que la mayoría de españoles que te rodean. Nada.
La gente que ha estado luchando por los derechos colectivos, parando desahucios, construyendo y organizando redes de solidaridad y haciendo poquito más fácil la vida a la gente, los acoge con los brazos abiertos. Es racismo, claro que lo tuyo es racismo. Pero no es sólo eso. Es ser una mala persona. Literal.
Autor: Manuel Vicente Montoya
EACH READER CAN APPLY HIS/HER OWN NATIVE NATIONALITY AND CHANGE NAMES TO EACH CASE
“First those from here” you say, smoking a cigarette on your balcony while you watch your neighbour Mary, a victim of gender violence and with two children evicted.
"First those from here" you say, while you take photos, you only take photos of the grandparents in your neighborhood picking up food in the garbage container.
"First those from here" you say, when you leave the supermarket and refuse to give a box of milk to Anthony, 80 years old, who collects food for the food bank in your town.
"First those from here" you say, while you get rid of the falls of John, whose social services have taken his two children and drowns his sorrows in alcohol.
Those from here first? No, you first. Only you. Because you haven't lifted a finger for any of the "here" in your bloody life. You would rather have 650 people drown in the sea, 123 girls and boys, than help them. But deep down, you care the same about those lives around you. Nothing.
The people who have been fighting for collective rights, stopping evictions, building and organizing solidarity networks and making people's lives a little easier, welcome them with open arms. It's racism, of course yours is racism. But it's not just that. It's being a bad person. Literal.
The people who have been fighting for collective rights, stopping evictions, building and organizing solidarity networks and making people's lives a little easier, welcome them with open arms. It's racism, of course yours is racism. But it's not just that. It's being a bad person. Literal.
Author: Manuel Vicente Montoya
Patricia López Muñoz
Técnico Especialista en Inmigración
Técnico Superior en Animación Sociocultural
Técnico Superior en Integración Social
No hay comentarios:
Publicar un comentario